Nov
4
Corajudos. Por más que busqué las palabras exactas para calificarlos, no pude encontrarlas, entonces dije esta gente son unos corajudos. Sí, piense nada más en un hospital de 60 años de servicio ininterrumpido no detenerse a pesar de soportar las embestidas del huracán Melissa, según afirman los entendidos en estos eventos, el más catastrófico soportado por las provincias orientales.
Y no es solo enfrentar fuertes vientos y lluvia, sino sus consecuencias: 48 horas sin electricidad y sin agua, al quedar bajo agua el grupo electrógeno por inundación sufrida al colapsar parte de una tapia, así como el área de Cuerpo de Guardia de Politrauma, y Urgencias, Morgue, los ascensores y demás locales de esa zona baja del hospital provincial general Vladimir Ilich Lenin y en medio de ese caos, tener unos 400 ingresados, entre ellos pacientes graves o críticos en las Unidades de Terapia Intensiva y Coronaria y Neonatología.
En medio de ese panorama indescriptible nacieron 22 niños, realizaron intervenciones quirúrgicas de urgencias y atendieron a los enfermos y sus familiares, muchos de los que fueron importante puntal para ayudar en esas aciagas horas.
Paralizadas las calderas fue preciso trasladar y todavía se hace, los alimentos desde el hermano menor para pacientes y personal que no se ha separado del Centro, como a Caballo, mejor dicho Orlando, quien en tiempos normales es un todoterreno y en esta ocasión fue el “hombre orquesta” del “Lenin”.
La vicedirectora del hospital la doctora Sara Liz Ricardo no halla cómo describir esas 48 horas a oscuras en la institución, donde a la luz de lámparas recargables y de los móviles se mantuvo el hospital sin que un solo paciente quedara sin atención.
Dijo que el temple de los trabajadores de la salud siguió poniéndose a prueba. “En momentos como estos es que una puede aquilatar de verdad la grandeza de los cubanos, en este caso, de los holguineros, de los trabajadores de nuestro centro”.
1 Noviembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud
