Pasó sin penas ni glorias el aniversario. Y cualquiera pudiera pensar que era de esperar, con tantas cosas trascendentales que están ocurriendo en el mundo.

Sin embargo, sería una consideración algo epidérmica porque gracias al uso del preservativo o condón es imposible calcular cuántas infecciones de transmisión sexual, cuántos embarazos no deseados fueron evitados impidiendo así la infelicidad de muchos.

El uso del preservativo ha sido decisivo para combatir la pandemia mundial de sida. Una mayor utilización del mismo registrada a partir de 1990, a raíz de la propagación de ese mal, evitó que  cerca de 117 millones de nuevas infecciones por el VIH. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) , la mayoría de los 374 millones de nuevos casos de ITS registrados en el mundo en 2020, pudo haberse evitado con el empleo del preservativo y su uso correcto.

Y anótese que cada día en el planeta, más de 1 millón de personas de entre 15 y 49 años contraen una ITS.

La misma fuente también asegura que el 98% de las mujeres cuyas parejas masculinas utilizan preservativos correctamente cada vez que mantienen relaciones sexuales estarían protegidas frente a embarazos no previstos.

Las previsiones de Fallopio

Las descritas arriba son verdades que no estaban constatadas en el siglo XVI, de hecho, algunas de ellas no eran ni imaginadas; pero algo intuía el médico y profesor de anatomía Gabriel Fallopio cuando el 4 de octubre de 1572 creó los primeros preservativos para hombres (hoy también los hay para mujeres).

Europa por aquel entonces se consumía en una alarmante epidemia de sífilis que se enseñoreaba lo mismo en burdeles que en castillos, y el italiano Fallopio, profesor de anatomista cirugía, ideó un singular protector para poner freno a aquella enfermedad, que ya se conocía era de transmisión sexual.

En el reporte del estudio que avaló aquella contribución médica, y que probablemente sea el primero para demostrar la eficacia de un preservativo en la historia de la Medicina, ese afamado doctor apuntó: «Realicé el experimento con 1.100 hombres, y pongo a Dios por testigo que ninguno de ellos resultó infectado».

Aquellos primeros preservativos o condones estaban hechos con tripas de cordero o cerdo engrasadas, y contaban con una cinta para atarlos al pene.

Aseguran que uno de los condones mejor conservados en la historia de este protector data de 1813 y fue hallado en la ciudad sueca de Lund.

Se elaboró con intestino de cerdo y se encontró junto a un manual de instrucciones en latín que aconsejaba sumergirlo en leche templada antes de usarlo para evitar enfermedades al mantener relaciones sexuales con prostitutas.

Sucede que en sus comienzos aquel era un adminículo mal visto, ya que se asociaba fundamentalmente a las visitas a prostíbulos y no se hablaba de él de manera abierta ante damas o menores. Su empleo original era para impedir contagios y no para evitar la concepción.

Según los expertos, esos preservativos estaban destinados a hombres que frecuentaban casas de prostitución. No se empleaban como anticonceptivos sino para evitar enfermedades de transmisión sexual.

En el Antiguo Egipto también

Aun cuando el 4 de octubre ha quedado como “la fecha oficial” para referirse a la invención del preservativo, se afirma que, en Egipto, desde el año 1000 a.C., recurrían a fundas de tela y también en épocas remotas los chinos empleaban papel de arroz mojado en aceite.

Es más, incluso hay quienes refieren –aunque no resulta del todo preciso y demostrable- que en pinturas rupestres de unas cuevas en Combarelles, Francia, puede identificarse el uso del profiláctico.

La leyenda del rey Minos (1200 a.C) cuenta que usaba materia de pescado o vejiga de cabra para retener el semen.

No obstante, parece ser que quienes en la antigüedad acudieron más al uso de novedades profilácticas para no contagiarse de infecciones fueron los soldados romanos, quienes durante sus extensas campañas  militares apelaban al uso de tripas de cordero.

Cuándo fue condón

De hecho, preservativo y condón son sinónimos, pero el segundo de estos vocablos tiene varios orígenes sobre los que no hay coincidencia entre historiadores y otros estudiosos.

Lo mismo se asegura que proviene de un Doctor Condom, Quondam, Cundum o conde de Condom, supuesto médico personal del Rey Carlos II de Inglaterra –quien le pidiera poner freno al nacimiento de tanto bastardo en Londres-, que de la palabra en latín condere, equivalente a almacenar.

Lo cierto es que desde el siglo XIX esa es una palabra ampliamente conocida y usada. Sucedió a partir del descubrimiento de la vulcanización del caucho en 1839; aunque el empleo de ese profiláctico no discurrió sin dificultades.

En 1873 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley de Comstock que prohibía el envío de información anticonceptiva y limitaban la disponibilidad de condones, aunque su fabricación y venta eran  legales, al punto de que en 1861 aparecía en el New York Times la primera propaganda de un preservativo: los «Condones franceses del Dr Power».

Fue el ejército alemán el primero en incentivar su uso. Franklin D. Roosevelt autorizó la entrega a las tropas de paquetes profilácticos con ungüentos antisépticos y condones.

Avanzados los calendarios poco más de la mitad del siglo XX es cuando comienza la producción masiva de condones de látex en los Estados Unidos, aunque desde principios del siglo XIX se confirmaba la función del condón como anticonceptivo y profiláctico.

En torno a la década del 40 del pasado siglo fue cuando los condones se volvieron desechables, no reutilizables; pero esa práctica tampoco se instauró rápidamente, no faltaron aquellos que luego de usarlos, los lavaban, lubricaban con ungüento de petróleo y los guardaban para encuentros sexuales venideros.

Sin dudas, el uso de látex marcó un punto de giro en la historia de ese profiláctico al propiciar su fabricación masiva y su empleo de manera práctica.

Siguieron luego, a mediados del siglo XX, los condones en colores, los rociados con espermicida y con lubricante; y ya con la fatídica aparición del sida, su uso se extendió aún más al ratificarse como el único método que protegía de esa enfermedad.

Existen ya condones personalizados con diseños escogidos por los clientes y que incluyen imágenes de personajes de películas o series, logotipos, frases y otros.

También se han abierto espacio los fabricados sin látex para alérgicos a ese material, elaborados con poliuretano; están los condones texturizados, los saborizados, los lumínicos… y un amplio etcétera.

En el presente se continúa investigando para seguir mejorando los preservativos y, en consecuencia, apelan a materiales y tecnologías innovadoras.

Por ejemplo, científicos de la Universidad de Manchester han desarrollado un condón hecho de grafeno, material 200 veces más fuerte que el acero y que puede llegar a ser un millón de veces más delgado que un cabello humano. Al ser el grafeno un excelente conductor térmico, potencia la experiencia del usuario.

«No es un secreto la limitación en la disponibilidad de anticonceptivos en este periodo pandémico», aseguraba el ministro de de Salud Pública, doctor  José Ángel Portal Miranda, en agosto del pasado año.

De entonces a la fecha esa situación no ha cambiado. Un artículo multiplicado en la red de redes en julio último  da cuenta de la escasez de esos medios en Cuba, donde el embarazo en la adolescencia y las ITS son tema pendiente.

El país adquiere estos productos mediante importación o a través de donaciones de distintos organismos foráneos no gubernamentales, recuerda ese texto.

La situación de carencias que vive la Isla parece haber llevado a priorizar otras urgencias, aunque oficialmente hace tiempo que no se da una explicación al respecto, a pesar de que este asunto de salud y que compromete otras muchas esferas, puede ser tan importante como la alimentación o la generación de energía, sobre todo considerando sus implicaciones.

En consecuencia, el mercado informal se ha posicionado en ese vacío encargándose de vender condones –y también otras variantes asociadas a la salud sexual y reproductiva- a precios casi inalcanzables para el cubano de a pie.

Y los precios siguen subiendo. Lo que más abunda en redes son anuncios como “Vendo condones de buena calidad. Interesados al privado” … y en ese privado, cuando te enteras de los precios dan ganas de asumir el celibato.

Se hace difícil hacer talleres, foros, seminarios y otras variantes para promover buenas prácticas en la educación integral de la sexualidad de niñas, niños y adolescentes, con énfasis en la adquisición de responsabilidades sexuales reproductivas si están ausentes medios profilácticos y anticonceptivos en el mercado.

De hecho, en julio último, en reunión de diputados de las comisiones de Salud y Deporte y de Atención a la Juventud, la Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer con motivo del primer periodo ordinario de sesiones de la X legislatura, “se identificó como una de las problemáticas la deficitaria disponibilidad de métodos anticonceptivos en las farmacias y la baja percepción de riesgo sobre las prácticas sexuales sin protección, así como la poca autonomía de las muchachas sobre el uso de estos métodos”.

Al presentar el informe sobre la evaluación del impacto de las acciones aprobadas en la política para la atención a la dinámica demográfica, en lo relativo a la situación del embarazo adolescente en el país, la presidenta de la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer, Arelys Santana Bello, afirmó que “existen barreras de acceso de las y los adolescentes a servicios de salud sexual y reproductiva”.

En esa ocasión, el doctor Reinol García, viceministro de Salud Pública, luego de abundar en los elevados índices de embarazo en la adolescencia, subrayó entre las prioridades el  asegurar la disponibilidad de anticonceptivos para el control del riesgo reproductivo y preconcepcional.

11 octubre 2023 |Fuente: cubasi | Tomado de Noticia

 

octubre 13, 2023 | Gleidis Hurtado Cumbá | Filed under: Cuba, De la prensa cubana | Etiquetas: , , |

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