Jul
15
La covid-19 impactó en programas priorizados para el sistema de Salud como el materno-infantil y de atención al adulto mayor. Hoy se implementan estrategias para cerrar brechas y enfrentar los nuevos desafíos dejados por el virus, dijo en conferencia de prensa el ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda.
“La pandemia tiene que ser un referente para nuevos aprendizajes que favorezcan un manejo más efectivo de las enfermedades no transmisibles (ENT), que hoy constituyen la primera causa de mortalidad y morbilidad en el país, y afectan no solo a las personas mayores de 60 años, sino que constituyen causa de discapacidad en adultos jóvenes e incluso niños”, ejemplificó el ministro.
El 80,6 % de las personas de 60 años y más padece al menos de una enfermedad crónica. Esta proporción se eleva al 86,9 % en el grupo de 75 años y más, según la Encuesta Nacional sobre Envejecimiento de la Población 2017, refirió.
Este es un elemento que condicionó el impacto del virus, fundamentalmente en la población cubana con 60 años o más, por lo que podríamos decir que el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor del Ministerio de Salud Pública,
creado desde 1996, tiene ante así nuevos desafíos luego de esta crisis sanitaria mundial, a los que se suman los ya existentes propios de las características demográficas de la población cubana hoy, aseguró Portal Miranda.
Dijo que a pesar de los retos impuestos por la covid en los últimos dos años, el país continuó trabajando en temas priorizados para el desarrollo económico y social, entre los cuales se halla justamente la dinámica demográfica.
Las transformaciones y el perfeccionamiento al que está abocado el sistema de salud pública cubano, para lograr su propósito de mejorar cada vez más el estado de salud de la población, transcurren en un escenario de baja natalidad, con un elevado envejecimiento demográfico, un cuadro de morbimortalidad donde prevalecen las enfermedades crónicas no transmisibles, cambios estructurales y funcionales de las familias y expectativa de vida de la población, explicó.
Adecuar capacidades asistenciales al envejecimiento demográfico
Cuba es de los países de mayor envejecimiento demográfico en la región. De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el 21.6% de la población cubana tiene más de 60 años, pero provincias como Villa Clara, La Habana, por ejemplo, tienen poblaciones mucho más envejecidas, apuntó Portal Miranda.
Agregó que la población de 60 años en adelante es la de más rápido crecimiento dentro del total de la población. Entre el grupo de edad avanzada, el que más crece es el de 75 años y más, que representaba en 2020 el 6.9% y que pasará aproximadamente al 10.4% en el 2030.
“La respuesta a la atención médica requerida por este grupo poblacional tiene que irla dando el sistema de salud en ese contexto, donde se impone adaptar las capacidades existentes a la demanda de los servicios, en un escenario donde se ha transitado de una alta prevalencia y mortalidad por enfermedades infecciosas, a un aumento de enfermedades crónicas degenerativas, que en ocasiones provocan algún tipo de dependencia, sobre todo en las edades avanzadas”, explicó.
De acuerdo con Portal Miranda no se puede pensar en abordar el tema del envejecimiento sin proponernos dar un salto en el cuadro de morbilidad de nuestra población hoy. Lo que queremos es que las personas no solo vivan más, sino que vivan de manera más saludable.
Dijo que el sistema de salud ante este fenómeno demográfico, para el cual no fue diseñado ningún sistema sanitario en el mundo, cuenta con una fortaleza: la atención primaria de salud como el principal escenario de actuación para la asistencia para las personas mayores, porque estas radican en las comunidades.
La mayor sobrevivencia hasta edades muy avanzadas, ha derivado en la necesidad de perfeccionar las políticas de salud con enfoque territorial, donde el sistema de atención primaria se vuelve cada vez más estratégico, expuso.
En ese sentido—expuso— avanzar en la capacitación de los recursos humanos para poder ofrecer una atención de calidad a este grupo poblacional es una prioridad del sistema.
“Aunque se han incrementado tanto los servicios de geriatría en el país como el número de residentes en esta especialidad, no se trata solo de tener geriatras sino visión gerontológica desde cada uno de los escenarios de actuación del sistema”, dijo.
Los cuidados: El gran desafío de la sociedad cubana ante el escenario demográfico actual
Portal Miranda llamó la atención sobre el hecho de que el mayor de los desafíos que tiene la sociedad cubana ante el envejecimiento, no solo el sector de la salud, es el tema de los cuidados, que los asume fundamentalmente hoy el sistema sanitario a partir de las casas de abuelos y hogares de ancianos, donde se han implementado nuevas modalidades como las casas para personas con deterioro cognitivo, para apoyar en el cuidado y la estimulación cognitiva de estas personas.
“Dado el aumento de las personas adultas mayores con enfermedades crónicas degenerativas, que en ocasiones resultan incapacitantes, los cuidados de larga duración emergen como uno de los asuntos de gran preocupación en la sociedad”, aseveró.
En ese sentido, el ministro explicó se implementan estrategias basadas en las recomendaciones internacionales. Por ejemplo: se recuperan las escuelas de cuidadores en los policlínicos del país con el propósito de preparar a los cuidadores formales y familiares, dijo.
Además, se ofrecen servicios sociales comunitarios como son el de Asistencia Social a Domicilio y el de alimentación en centros especializados, además de los servicios de casas de abuelos y hogares de ancianos existentes, aunque, subrayó, la demanda es superior a las capacidades existentes.
Agregó que el incremento de ayudas técnicas es otra de las prioridades del sistema de salud, para crear condiciones a la comunidad y apoyar el cuidado de los adultos mayores.
El envejecimiento activo y saludable se cimenta desde edades tempranas de la vida
“Tan importante como garantizar disponibilidad y accesibilidad de los servicios en la comunidad es cambiar la visión del envejecimiento, que tradicionalmente ha ubicado al adulto mayor en una posición de desventaja social, casi siempre como una persona dependiente, que no es capaz de tomar iniciativa y formar parte del desarrollo de la sociedad”, enfatizó el ministro.
“Suponemos muchas veces la vejez como discapacitante, y hay que tener en cuenta que el envejecimiento no es una enfermedad, se puede llegar a edades avanzadas de la vida sin padecer discapacidades. Preparar a las nuevas generaciones, promover una vida sana que garantice una longevidad activa y satisfactoria es también otro desafío desde el sistema de salud”, refirió Portal Miranda.
De ahí, insistió, la trascendencia de que toda la sociedad entienda que un envejecimiento activo y saludable se cimenta desde edades tempranas de la vida. “Las personas empiezan a envejecer prácticamente desde el mismo momento que nacen. Si no transformamos estilos de vida como el elevado consumo de sal, el tabaquismo… que tributan de manera significativa a desarrollar enfermedades no transmisibles y discapacidad, no podremos envejecer con salud”, advirtió.
Esta visión del envejecimiento—continuó— hoy se renueva también desde el orden jurídico, institucional y programático.
En el plano legal, resaltó, la Constitución de 2019 incluyó la no discriminación por edad en el artículo 42 sobre la protección y trato de las autoridades y goce de los mismos derechos, libertades y oportunidades; y el artículo 88: consagra la obligación del Estado, la sociedad y las familias en la protección y asistencia para facilitar las condiciones que satisfagan las necesidades y mejoren la calidad de vida de las personas adultas mayores.
De igual forma, respetar su autodeterminación, garantizar el ejercicio pleno de sus derechos y promover su integración y participación social.
Entre los aspectos destacables de este artículo, dijo, se encuentra la reafirmación del papel del Estado y la actualización de la forma de denominar a este grupo social, lo cual consideró un adelanto en coherencia con las normas internacionales de derechos humanos.
“Nuestro país se encuentra en un proceso de reforma del Código de las Familias que data de 1975, por medio de un proceso riguroso de trabajo que incluye a especialistas, académicos y la participación de la sociedad por medio de consulta y posterior referéndum.
“En el proyecto de Código de las Familias se incorpora a las personas adultas mayores como uno de los grupos de especial interés en la protección de sus derechos. Se busca contar con un instrumento legal de vanguardia para abordar asuntos de vital relevancia hacia las personas mayores”, subrayó.
En el ámbito institucional, resaltó que la atención de las personas mayores se hace desde una perspectiva integral, pero que, en vista de los desafíos futuros, es indispensable sumar a la tarea a todos los organismos de Estado por medio de un enfoque transversal del tema y una estrategia intersectorial para la acción. “En otras palabras, el envejecimiento es un asunto de todas las personas”, enfatizó Portal Miranda.
Cada una de las acciones de Cuba en favor de las personas adultas mayores, ratifica su compromiso con la Década de Envejecimiento Saludable 2020-2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, dijo.
“El hecho de que la población cubana envejezca es un desafío que tenemos que celebrar, pues se trata también de haber logrado que una gran proporción de la población sobreviva y logre alcanzar una alta expectativa de vida. Es algo que debemos reconocer como sociedad”, sostuvo.
Dentro del PAMI, la mortalidad materna es la que ha tenido el mayor impacto a causa de la covid
Según datos ofrecidos por el ministro de Salud Pública, dentro del Programa materno infantil, la mortalidad materna es el indicador que ha tenido el mayor impacto debido a la pandemia, con un retroceso más importante respecto a la mortalidad infantil.
“Justamente fue ese uno de los programas de salud donde impactó la pandemia de covid-19. Aunque hasta la fecha los indicadores son más favorables que los del cierre del pasado año, aún los resultados no son los esperados en todos los territorios, ni reflejan todo el esfuerzo que realizan tanto los profesionales de la salud como la dirección del país y del sector”, reconoció el ministro.
Si existe un programa priorizado dentro del sistema de salud cubano es el materno-infantil, por su sensibilidad para las madres, los niños, y las familias, aseguró.
Portal Miranda informó que al cierre de 2021 se registraron 99 093 nacidos vivos, 754 defunciones, y una tasa de mortalidad infantil de 7.6 por 1000 nacidos vivos, lo que significa que por cada 1000 niños que nacen 992,4 sobreviven a su primer año de vida. La supervivencia infantil en Cuba se ha incrementado en 7.9 veces a partir del triunfo de la Revolución en 1959.
“Este indicador se obtuvo con un esfuerzo importante de todos los trabajadores de la salud en medio de un escenario mundial muy complejo, propiciado por la pandemia y grandes limitaciones de recursos a punto de partida del recrudecimiento del bloqueo del gobierno de Estados Unidos a nuestro país”, explicó el ministro.
Refirió que al cierre de junio de 2022 la tasa de mortalidad infantil se ubicaba en 7,3 por cada 1000 nacidos vivos, indicador que, si bien no es al que se aspira, comienza a mostrar un comportamiento al descenso “que debemos lograr que sea sostenible en el tiempo”.
Reiteró que la mortalidad materna fue un indicador sensiblemente afectado por la pandemia de la covid-19, enfermedad que afectó a un grupo importante de gestantes, e influyó en que se cerrara el 2021 con una tasa de mortalidad materna total de 176.6 por 100 000 nacidos vivos.
Se registraron, dijo, 175 defunciones, de las cuales, 127 fueron de causa indirecta (93 fueron ocasionadas por la covid-19, el 74%). La circulación de la variante delta del coronavirus entre los meses de julio y septiembre de 2021 impactó considerablemente en este indicador.
Para Portal Miranda “este es uno de los saldos más dolorosos de la COVID-19, aun cuando cada fallecido duele. El impacto del virus en la atención materno infantil de los sistemas de salud en el mundo, y por supuesto, en Cuba, es innegable”, afirmó.
Comentó que desde el pasado año, ya la OPS, advertía que “la pandemia del coronavirus podría desvanecer más de 20 años de progreso en la expansión del acceso de las mujeres a la planificación familiar y en la lucha contra la mortalidad materna en la región”.
La covid trajo un aumento general en los riesgos de muerte fetal y materna durante la pandemia, una realidad a la cual Cuba no ha estado exenta. En las Américas se notificaron más de 365 000 casos de COVID 19 en embarazadas, de las cuales más de 3 000 murieron, comentó.
Desde octubre de 2021 no hay muertes maternas por covid en Cuba
Según los datos aportados en conferencia de prensa por el ministro, en Cuba se han diagnosticado, desde el 11 de Marzo de 2020 hasta el 30 de junio de 2022, 8 049 gestantes (87,2%) y 1 179 puérperas (12,8%). En total se produjeron 93 defunciones por coronavirus, siendo la última muerte materna el 21 de octubre de 2021, para una letalidad de 1,0.
Portal Miranda apuntó que a partir del cumplimiento de la estrategia cubana de vacunación a todas las gestantes, iniciada el 29 de Julio de 2021, con la vacuna Abdala, se logró el impacto deseado en la mortalidad materna. Asimismo, se logró la reducción de la morbilidad materna grave y crítica por coronavirus.
Informó que el primer semestre de 2022 cierra con 16 muertes maternas y una tasa de 34.8 por 100 mil nacidos vivos, lo cual representa 10 defunciones menos que en 2021, nueve defunciones menos que en 2020 y una defunción menos que en igual periodo del año 2019.
Al referirse a las principales causas de muerte, el ministro explicó que en el caso de la mortalidad infantil, estas siguen siendo otras afecciones perinatales, provocadas fundamentalmente por la restricción del crecimiento intrauterino, la prematuridad y el bajo peso al nacer, seguido de las malformaciones congénitas y la sepsis adquirida, esta última vinculada a violaciones de procesos en algunas instituciones del país.
Entre las causas fundamentales de la mortalidad materna directa mencionó las hemorragias obstétricas y las sepsis.
“Hoy la prioridad del programa es cerrar brechas en la medida que el sistema de salud se vaya recuperando de los embates ocasionados por la pandemia en los últimos dos años. Se implementa un plan de acciones estratégicas para revertir ese impacto y lograr eliminar otras causas que dificultan que la tasas continúen reduciéndose”, enfatizó el ministro quien destacó que el PAMI tiene subsumidos una treintena de programas.
No podemos dejar que un programa con magníficos resultados retroceda y reconocemos el gran esfuerzo que en medio de las carencias de recursos han realizado los especialistas y el personal de la salud vinculado a este programa, dijo.
Disminuir el riesgo reproductivo es prevenir la mortalidad infantil y materna
Disminuir el riesgo reproductivo es prevenir la mortalidad infantil y materna, y hacia ahí se encaminan un conjunto importante de acciones, explicó Portal Miranda.
Elementos como el elevado índice de bajo peso al nacer y las altas tasas de embarazo en la adolescencia en diversos territorios del país, dijo, elevan los riesgos tanto para los niños como para las madres. En Cuba hoy más de un 17 % de los nacimientos corresponden a mujeres menores de 20 años y esa cifra crece significativamente en algunas provincias del país, alertó.
Dijo que a partir del reordenamiento y recuperación del sistema luego de los momentos más complejos de la covid, se han comenzado a agilizar acciones que se habían enlentecido y se ha trabajado con fuerza en el seguimiento de la gestante y el niño. Como resultado se han incrementado las consultas de puericultura, control prenatal, consultas de ginecología y las de terreno a puérperas.
“Reducir la mortalidad materna implica que médicos y enfermeras trabajen y tengan mejor entrenamiento, sobre todo en temáticas como hemorragias y la preeclampsia, principales causas que llevan a la muerte materna, si bien hay otras que no pueden prevenirse y que tampoco deben perderse de vista”, enfatizó.
Ello, resaltó, no es un reto solo para los obstetras, por lo que es importante la vinculación del resto de las especialidades relacionadas con la salud reproductiva de la mujer.
El ministro refirió que no se ha detenido el aseguramiento de tecnologías médicas para las terapias intensivas neonatales y pediátricas, a pesar de las dificultades para la adquisición de recursos. “Esto no quiere decir que no se hayan tenido que enfrentar complejas situaciones en las terapias y para el abordaje de problemas de embarazadas y niños, problemáticas ante las que los especialistas han jugado un rol decisivo en la búsqueda de soluciones entre las diferentes provincias para lograr garantizar recursos”, dijo.
Programas como el de diagnóstico, manejo y prevención de enfermedades genéticas y defectos congénitos y la pesquisa neonatal de enfermedades metabólicas han tenido prioridad, comentó.
El impacto de la vacunación pediátrica ha sido real y la experiencia y seguimiento de los profesionales de la pediatría en el tratamiento de casos críticos y con secuelas, han sido decisivos. Desde el mes de septiembre de 2021 ningún niño cubano ha fallecido a consecuencia de la covid-19.
Uno de los mayores aprendizajes de esta pandemia— dijo Portal Miranda— es el valor que tiene la investigación científica para respaldar cada uno de los procesos que se desarrollen, y como parte de las acciones que hoy se implementan dentro del PAMI, la investigación ha sido esencial.
“Este no es un programa de ordeno y mando, sino un programa que tiene muchos componentes y constantemente hay que estar estudiando el entorno de la organización de los servicios, de cumplimiento de protocolos, el contexto social en el que se mueven nuestras embarazadas y que hay que transformar si queremos colocar la mortalidad infantil por debajo de 4, continuar reduciéndola y disminuir también la mortalidad materna, un elemento fundamental”, afirmó.
El ministro explicó que la mortalidad materna es un indicador que progresa lentamente y que se resiste a entrar en un proceso de declinación sostenida, de ahí la pertinencia de estudiar a mayor profundidad su comportamiento.
“Cada muerte es una tragedia. Pero cuando muere una mujer prematuramente, por eventos relacionados con el proceso de la maternidad, el daño es irreparable, se ha terminado la vida de una persona en plena capacidad biológica, social y reproductiva.
“La muerte de una madre tiene repercusiones emocionales, sociales y económicas importantes en la familia y la comunidad, aumenta el riesgo de muerte del recién nacido, disminuye el desempeño escolar de los niños sobrevivientes y representa una pérdida de la productividad económica y de los ingresos familiares”, apuntó Portal Miranda.
Aunque la cifra de decesos maternos en el país, en los últimos años, es de las más bajas de América Latina, aún están lejos de los resultados deseados e inclusos esperados, afirmó.
“La reducción de la mortalidad materna comienza desde la atención al riesgo reproductivo, en la etapa preconcepcional, que continua con una atención médica de calidad durante la etapa prenatal, atención a las emergencias obstétricas, parto y posparto”, dijo.
En ese sentido, dijo, se ha extendido a todo el país, la política de “terapias de puertas abiertas”, donde ingresa a las unidades de cuidados intensivos toda paciente que lo requiera, incluso para mejor vigilancia.
Comentó que se implementan varias líneas de investigaciones relacionadas con el desarrollo del programa, como la capacitación mediante aulas de simulación para entrenamiento dirigido a mejorar la calidad de la atención a pacientes con hemorragias obstétricas, en todas las provincias.
“Hoy priorizamos acciones encaminadas a lograr la dispensarización del riesgo reproductivo preconcepcional, reducir errores en el diagnóstico prenatal de defectos congénitos que son diagnosticables, la incidencia del bajo peso al nacer, implementar las guías de actuación para las consultas de planificación familiar; actualizar las guías de actuación para una cesárea segura y la atención a la paciente obstétrica grave; aprovechar los hogares maternos, disminuir el número de embarazados en la adolescencia, reducir el déficit de medicamentos, gastables y equipos que garantizan la sostenibilidad del programa, garantizar el cumplimiento de normas y procedimientos higiénico-sanitarias que condicionan la aparición de infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y la ocurrencia de brotes institucionales, e ir resolviendo los problemas estructurales en instituciones y servicios de atención a embarazadas y niños”, dijo.
También, destacó, medidas relacionadas con humanizar la atención médica durante cada una de las etapas. “El propósito fundamental es evitar toda muerte prevenible en niños y embarazadas y que pueda la familia vivir este proceso de la gestación, el parto y el puerperio de manera armónica y feliz.
“El programa materno infantil busca respaldar también el derecho a una adecuada salud sexual y reproductiva, que incluye el acompañamiento a esa mujer que decide cuántos hijos tener y cuándo tenerlos, garantizando un parto deseado y seguro”, subrayó.
Además, dijo, el perfeccionamiento del PAMI incluye mejorar la calidad de la atención materna con énfasis especial en el trato respetuoso, considerándolo un componente central. Avanzar en el desarrollo de un Programa de Parto Respetuoso y Humanizado, forma parte de las líneas de acción de la Sociedad cubana de Ginecología y Obstetricia, comentó.
Los derechos reproductivos incluyen igualdad, no discriminación, salud, autonomía reproductiva, información e integridad, insistió el ministro.
El sistema de salud respalda el derecho a la autonomía corporal, la vida y la salud de las mujeres
El ministro de Salud Pública explicó que la salud sexual y reproductiva es un componente fundamental del PAMI, pero sobre todo es un derecho de las personas que incluye, entre otros elementos, el acceso de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo, como un derecho que estas tienen y que está respaldado en un proceder médico legal, gratuito y seguro.
“Este es un tema recurrente en los últimos días, ante el avance de conservadurismos y fundamentalismos que están poniendo en riesgo en el mundo, y en la región, una conquista fundamental para la salud de las mujeres. En Estados Unidos, por ejemplo, ha sido revocada una de las más revolucionarias sentencias de la Corte Suprema de esa nación, que obligaba a los estados de la nación a permitir el acceso de las mujeres al aborto”, comentó Portal Miranda.
Ello representa un riesgo para la vida de miles de mujeres, porque lo que sí es seguro que la que quiera interrumpir un embarazo, lo va a hacer de manera clandestina, insegura, en espacios no asépticos, dijo.
Refirió que alrededor de 56 millones de abortos se realizan cada año en el mundo, de los cuales aproximadamente 45% se realizan de forma insegura.
Hay que destacar que en donde los abortos están restringidos legalmente, las mujeres tienen más probabilidad de recurrir a prestadores de servicios carentes de capacitación o someterse al procedimiento bajo condiciones insalubres. Por lo tanto, la mortalidad materna relacionada con el aborto inseguro es generalmente alta en donde el aborto está severamente restringido, dijo.
Destacó que Cuba fue el primer país en América Latina y el Caribe en legalizar el aborto y desde 1965 tiene construida la base legal sobre tres principios fundamentales:
• La mujer es la que decide sobre su cuerpo y si llevará a término su embarazo;
• en segundo lugar, la interrupción voluntaria del embarazo se realizará en entornos de salud controlados y por personal especializado;
• en tercer lugar se realizará de forma totalmente gratuita.
“Esta fue una medida encaminada a la disminución de las muertes maternas, que, en aquel momento, se estima, que era superior a 120 muertes por 100 000 nacidos vivos y dirigida a promover el pleno ejercicio del derecho a decidir sobre la reproducción”, sostuvo el ministro.
Cuba, dijo, defiende una planificación familiar que permita realizar una decisión consciente sobre el número de hijos que se quiere tener y en qué momento, y aboga por implementar un proceso de acompañamiento a la mujer en su derecho a decidir sobre su cuerpo donde se deja al aborto como última instancia ante un embarazo no deseado.
De esta forma se puede lograr un aborto legal, seguro, gratuito y feminista, enfatizó.
Mantener una perspectiva feminista dentro de una interrupción voluntaria del embarazo, puntualizó Portal Miranda, es ser consciente de que no basta solo con llevar a cabo el procedimiento, ya que se requiere mucho más para que las mujeres disfruten plenamente su derecho a la salud sexual y reproductiva.
Dijo que Cuba cuenta con 167 servicios de regulación menstrual y la fidelidad de los registros estadísticos para el aborto como evento de cualquier tipo, incluidos los abortos espontáneos, es reconocida por los organismos internacionales vinculados al tema, lo que permite conocer el comportamiento del fenómeno al interior del país y también definir las características epidemiológicas del mismo.
Comentó que la interrupción voluntaria del embarazo en Cuba no ha sido un determinante principal en el descenso actual de la fecundidad y existe una discreta tendencia a la disminución de los eventos aborto y regulación menstrual.
En el año 1985 la tasa fue de 55.0, en 1990 fue de 45.6, en 2015 de 30 y en 2020 de 22.1 por cada 1000 mujeres de 12 a 45 años de edad, dijo.
Su disminución se fundamenta en programas educacionales, tanto generales como de educación sexual y la disponibilidad de medios y métodos anticoncepcionales variados, eficientes y eficaces; ambas cosas susceptibles de mejorarse. “No es un secreto la limitación en la disponibilidad de anticonceptivos en este periodo pandémico, donde adquirir estos recursos ha competido con poder suministrar otros de vida o muerte para las personas”, explicó.
Hoy, dijo, se considera que el volumen de abortos voluntarios es elevado porque el propósito principal de las políticas de planificación familiar de disminuir esta práctica al mínimo indispensable no se ha logrado.
Por esta causa existe una estrategia nacional para disminuir las tasas de abortos quirúrgicos, incluidas las regulaciones menstruales, informó Portal Miranda.
“Este objetivo será una realidad cuando sean extendidas las técnicas no invasivas para interrupción voluntaria de la gestación, principalmente el aborto medicamentoso con Misoprostol, protocolo que plantea, realizar el 80% de todos los abortos voluntarios con este método, sin abandonar el desarrollo de todos los servicios de abortos, principalmente dirigidos a incrementar su seguridad, su resolutividad y su eficacia”, explicó.
Portal Miranda destacó que “la nueva ley de salud pública, luego de la aprobación de una constitución tan revolucionaria como la aprobada en 2019, aspiramos a que blinde aún más este derecho ante la aparición de fundamentalismos y actitudes conservadoras”.
Desde el sistema de salud insistimos en la prevención de los embarazos no deseados y en utilizar este derecho solo ante el fallo de métodos anticonceptivos. No es un método anticonceptivo en sí mismo ni de planificación familiar, pues su uso indiscriminado puede poner en riesgo la salud sexual y reproductiva de la mujer, advirtió.
Dijo que es esencial brindar información sobre estos servicios, presentes en la atención primaria de salud, incluso en nuestro país donde es un derecho conquistado, para que se conozca cómo acceder a los mismos y el respaldo del sistema de salud a la autonomía corporal y a la vida y la salud de las mujeres.
Recuperarnos del impacto de esta pandemia con los aprendizajes que nos ha dejado y continuar trabajando por mejorar cada día el estado de salud de la población cubana es nuestra responsabilidad y mayor compromiso, concluyó el ministro.