En conferencia de prensa, Carilda Peña García, viceministra del Minsap, señaló la necesidad de continuar las acciones de control teniendo en cuenta que todas las provincias presentan transmisión endémica de la epidemia, excepto el municipio especial Isla de la Juventud que se encuentra en alarma.

Peña García puntualizó que en la semana que finalizó se evidenció un incremento del 2,5 por ciento (%) de los pacientes reportados con síntomas febriles con respecto a la anterior, debido al ejercicio de pesquisaje que se ha desarrollado en las provincias orientales, lo que ha detectado a casos sospechosos o confirmados de arbovirosis.

La viceministra explicó que la mayoría de las personas con fiebre realizan un ingreso domiciliario, mientras que, según los estimados del organismo, alrededor del 9% se encuentran en centros hospitalarios teniendo en cuenta algunos padecimientos de riesgo en el desarrollo de la enfermedad.

Manifestó que existe una alta circulación del chikungunya en las diferentes regiones del país, transmisión que se caracteriza en muchos casos por la no asistencia a los centros de salud de las personas enfermas, por lo que estos no son reportados.

Detalló que existen 13 provincias con alta concentración de casos de dengue, predominando el serotipo 4, siendo Villa Clara, La Habana, Sancti Spiritus, Las Tunas y Artemisa, los territorios con mayor tasa de incidencia de sospechosos, por encima de la media del país.

Expuso además que durante esta última semana no se diagnosticaron casos ni sospechosos de oropuche en el país.

Destacó que de manera general las provincias de Matanzas, Cienfuegos, La Habana, Pinar del Río y Guantánamo son las que presentan una situación epidemiológica más compleja.

Insistió también en la importancia de impulsar la campaña contra el mosquito como transmisor de las enfermedades y que en cada municipio existe una dirección de higiene y de control de vectores encargada de regir todo el proceso de enfrentamiento a ese nivel.

Yamirka Montesinos Felipe, jefa del Grupo Nacional de Medicina Intensiva y Emergencia Pediátrica, expuso que en cuanto a la arbovirosis, el grupo de riesgo fundamental son los niños que no llegan al año de vida, principalmente los menores de tres meses, porque pueden aparecer complicaciones con mayor frecuencia, aunque también están bajo vigilancia aquellos infantes y adolescentes que presentan patologías que pueden dificultar la defensa ante la enfermedad.

Montesinos Felipe subrayó que entre las manifestaciones clínicas en edad pediátrica se encuentra la fiebre súbita de 48 a 72 horas, lesiones en la piel, dolor articular, entre otros síntomas, ante los cuales es necesario asistir al médico de manera inmediata para evitar posibles complicaciones.

Dayana Couto Núñez, presidenta de la Sociedad cubana de Ginecología y Obstetricia, resaltó que en el país no se reporta la muerte de ninguna gestante por causa de la enfermedad, ya que esta población recibe una atención especial dentro del sistema sanitario, teniendo en cuenta los altos riesgos.

Agregó que en un año donde se celebra la salud materna, el país desarrolla una estrategia para atender a todas las embarazadas con alguna sintomatología viral y al mismo tiempo recalcó en la asistencia médica temprana es fundamental para disminuir complicaciones en este grupo vulnerable.

Informó además que está establecido el ingreso hospitalario de las gestantes sospechosas o confirmadas con el proceso viral como mecanismo de control.

Las representantes del Minsap puntualizaron que la mejor acción preventiva es eliminar al mosquito transmisor partir del autofocal en cada casa y barrio.

17 Noviembre 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

noviembre 18, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Ministerio de Salud Pública (MINSAP), Salud, Salud Pública, virus | Etiquetas: , , , , |

La llamada entró al filo de las cinco de la tarde del pasado miércoles 12 de noviembre, justo cuando el equipo del Servicio Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) de Sancti Spíritus ajustaba tensiómetros y revisaba el estado del oxígeno dentro de las ambulancias. El teléfono vibró con la urgencia de los casos que no esperan:

—Parto extrahospitalario, ómnibus detenido. Posición: autopista nacional, cercanías de Sancti Spíritus.

La ambulancia 551 no arrancó: voló.

Sus luces se encendieron como quien abre de golpe los ojos. Y ella —si las ambulancias tuvieran memoria— supo que no sería un traslado típico. Había algo en la vigbración del mensaje, un temblor escondido: un nacimiento prematuro en medio del país, con una madre de 20 años que nunca imaginó dar a luz sobre el asiento de una guagua a las 34 semanas de gestación.

Mientras avanzaba con sirena limpia cortando la noche espirituana, el vehículo solo escuchaba fragmentos a través de la radio: “Muchacha joven… Tercer hijo… Enfermera y doctora presentes en el vehículo… La niña nació en pleno viaje…”

El viaje que no debió ser noticia

Horas antes, en La Habana, Eglisnelvis Hechevarría Céspedes, con dos niños pequeños en el oriente del país, abordó la ruta Habana–Santiago de Cuba con la tranquilidad resignada de quien ya conoce la dureza de los viajes largos. No había señales, ni dolores, ni palpitaciones distintas.

“Salí normal de la casa, sin ningún síntoma —contaría después, todavía incrédula—. Iba a buscar a mi niño mayor”.

La guagua se deslizó por la carretera como cualquier miércoles, hasta que dejó de ser un miércoles. Fue primero un dolor bajo vientre, de esos que las madres reconocen, pero no quieren aceptar. Luego, una oleada más intensa. Después, otra: “Me di cuenta que ya eran contracciones”, cuenta la joven.

Eglisnelvis volteó hacia el mexicano que viajaba a su lado y solo alcanzó a pedirle un favor urgente: “Llámeme al chofer que me siento muy mal”.

Eglis Saray Arce Hechevarría llegó al mundo entre kilómetros y la guagua entera aplaudió. Foto: Maria Sosa Echemendía.

Entonces otros pasajeros dieron la alarma. El ómnibus se detuvo, la tensión subió como una ola y ocurrió el milagro improbable: entre los pasajeros viajaban una enfermera y una doctora. Una coincidencia que valía una vida.

“Me atendieron como si estuviera en un hospital —después repetiría varias veces, porque repetir era su forma de agradecer—. Yo quería ponerle a mi niña el nombre de ellas, pero en el apuro no pude preguntarles cómo se llamaban”.

La guagua no era un salón de parto, pero esa noche se comportó como uno. Las luces tenues, el murmullo contenido de los pasajeros, las dos profesionales de la salud guiando cada minuto, las manos extendidas que ofrecían agua, apoyo, mantas. Y en el corazón de aquel ómnibus que cargaba historias de toda Cuba, nació una más.

Eglis Saray Arce Hechevarría llegó al mundo entre kilómetros y la guagua entera aplaudió.

Llegada al hospital: Los primeros 24 minutos

Cuando la ambulancia 551 encontró el ómnibus detenido en la vía, la escena tenía aún el pulso reciente del parto: una madre exhausta, una niña diminuta envuelta con lo que hubo a mano, rostros asombrados.

El paramédico levantó a la bebé con ese cuidado que aprendió con los años: como si uno cargara el aire.

—34 semanas. Prematura. Bajo peso probable —anotó.

La ambulancia, entonces, se convirtió en vientre protector. La madre y la hija, juntas, se aferraron a sus paredes metálicas como quien se aferra a un segundo nacimiento. Poco tiempo después, el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos abrió sus puertas. Allí los esperaba un equipo alerta.

El DR Manuel López Fuentes, especialista en segundo grado en Neonatología fue el primero en recibir la madre y el bebé. Foto: María Sosa Echemendía.

“Nunca habíamos tenido un caso así”, cuenta el doctor Manuel López Fuentes, especialista de segundo grado en Neonatología y responsable del Comité de Morbilidad del territorio, quien fue el primero en recibirlas: “La bebé pesó 2 200 gramos. Prematura de 34 semanas. Pero llegó estable. Hicimos estudios complementarios y todo normal. La observamos casi 24 horas completas y al siguiente día pasó junto a su mamá”.

Quince años de experiencia y jamás un parto prematuro dentro de una guagua. Jamás algo parecido: “Es una feliz coincidencia que viajaran en el ómnibus esas dos profesionales. Gracias a ellas llegaron en mejores condiciones y, por fortuna, la bebé no presentó complicaciones”, explicó el galeno.

El coraje de una madre de 20 años

Ya en la cama del servicio de Provincial de Neonatología de Sancti Spíritus, Eglisnelvis recordó el momento en que entendió que la niña vendría sin esperar a llegar a Santiago de Cuba: “Sentí temor… Pensé en lo que pudiera pasarle a ella. No a mí, sino a ella”.

Su esposo quedó en La Habana, cuidando al segundo hijo. El mayor la esperaba en el oriente cubano. A la bebé, como había decidido antes de este viaje insólito, la nombró Eglis Saray, nombre inspirado—sin decirlo demasiado alto— en ella misma, porque algo de su propia fuerza había que dejar grabado.

“Le enseñamos la foto al padre que la vio desde La Habana —dice y se le humedecen los ojos—. Él no la ha conocido, pero está desesperado por verla”.

Luego, cuando tuvo oportunidad, miró directo a la cámara. Cada palabra era un puente: “Yo les digo a él y a mi familia que estén tranquilos. Estoy bien. La niña está bien. Los extraño a todos”.

Donde la vida se abre camino

El cubículo de Eglis Saray respira un silencio distinto, pero no es un silencio triste, sino uno de esos silencios que nacen de la protección.

La niña, diminuta, se abre paso con disciplina de guerrera. Lacta, duerme, mueve los dedos como si tocara las paredes de una casa recién estrenada. “Se mantiene en observación. Todo ha sido favorable, pero con los prematuros hay que esperar. Cada día puede traer algo nuevo”, explica el doctor López Fuentes.

Los equipos miden, registran, vigilan. Los médicos tocan apenas lo imprescindible. La madre pasa la mano por el cristal como quien roza un milagro.

En Neonatología, cada día que pasa, la niña respira con un poco más de fuerza, como si su diminuto pecho descubriera nuevas reservas de vida que antes no sabía que tenía y el pronóstico ahora empieza a abrirse paso con una luz más firme, sostenido por la disciplina médica y la respuesta admirable de un pequeño organismo.

La madre, que ha vivido estos días entre sobresaltos y esperanza, sonríe con una convicción distinta, como quien por fin puede creer que la historia avanza hacia un amanecer seguro.

Un país que siguió atento a la historia

El viaje Habana–Santiago de Cuba quedó partido para siempre en dos: antes del parto y después del parto.

Los pasajeros aún escriben comentarios en redes, la enfermera y la doctora presentes ese día en el ómnibus siguen siendo heroínas; mientras el chofer seguramente recuerda el momento en que pensó: “¿Y si no llegamos a tiempo?”.

Pero llegaron. Porque una guagua pudo transformarse en sala de parto, porque una ambulancia pudo convertirse en casa, porque un hospital pudo sostener la vida cuando la vida llega sin manual.

Historias como esta no conquistan a todo un país por su rareza. Conquistan porque revelan algo esencial: la enorme maquinaria invisible de humanidad que mueve a este archipiélago, incluso en tiempos de tantas imitaciones y carencias.

Y hoy, en ese cubículo del Hospital Camilo Cienfuegos, late un corazón de 2 200 gramos que recuerda, sin saberlo, que Cuba entera se puede detener por una recién nacida.

Eglis Saray Arce Hechevarría no pidió nacer en la carretera, pero ese primer viaje la marcó. Nació entre kilómetros, entre manos múltiples, entre un país que todavía sabe unirse cuando la vida asoma.

17 Noviembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

En el acto participaron Raphaël Trannoy, embajador de Francia en Cuba; Amaya Olivares Zapiain, jefa de cooperación de la Delegación de la Unión Europea; Vivian Kourí Cardellá, directora del IPK; Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Minsap, así como representantes de la cooperación francesa, de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades, de la Secretaría Técnica de Una Sola Salud y otros invitados técnicos de diferentes centros y sectores.

Durante la ceremonia el embajador francés Raphaël Trannoy, declaró que: «Este laboratorio es más que una infraestructura, es un símbolo de nuestro compromiso compartido con la ciencia, la salud y la solidaridad».

Amaya Olivares, representante de la Unión Europea, señaló que la salud pública constituye un sector fundamental para el desarrollo de Cuba, felicitó a los involucrados en el proyecto y ratificó el compromiso de continuar trabajando juntos.

Fundado en 1937, el IPK es centro de referencia nacional e internacional en el estudio de enfermedades infecciosas y tropicales, con un papel decisivo en la investigación, diagnóstico y control de epidemias en Cuba y la región.

Con esta nueva infraestructura, la institución consolida su liderazgo en la vigilancia de dolencias emergentes y transmitidas por vectores.

La iniciativa, respaldada por la Cooperación Francesa, la Unión Europea y el Minsap, tuvo como propósito modernizar infraestructuras, ampliar capacidades científicas y acompañar la formación de equipos de salud pública en la Isla.

Durante la pandemia de la COVID-19, el proyecto destinó cinco millones 600 mil euros a la adquisición de respiradores y otros insumos esenciales, lo que reforzó la respuesta nacional frente a la crisis sanitaria.

Gracias a este esfuerzo conjunto, el IPK aplicó nuevas metodologías de biología molecular, perfeccionó el diagnóstico de enfermedades parasitarias y fortaleció la vigilancia de dolencias transmitidas por vectores.

El laboratorio dispone de un secuenciador de última generación y unidades modernizadas de genómica, bioinformática, biotecnología y microbiología celular.

Este proyecto también fortaleció la red de laboratorios provinciales, mejoró la seguridad biológica y la gestión de la calidad, y promovió la capacitación del personal científico cubano.

14 Noviembre 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud