La llamada entró al filo de las cinco de la tarde del pasado miércoles 12 de noviembre, justo cuando el equipo del Servicio Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) de Sancti Spíritus ajustaba tensiómetros y revisaba el estado del oxígeno dentro de las ambulancias. El teléfono vibró con la urgencia de los casos que no esperan:

—Parto extrahospitalario, ómnibus detenido. Posición: autopista nacional, cercanías de Sancti Spíritus.

La ambulancia 551 no arrancó: voló.

Sus luces se encendieron como quien abre de golpe los ojos. Y ella —si las ambulancias tuvieran memoria— supo que no sería un traslado típico. Había algo en la vigbración del mensaje, un temblor escondido: un nacimiento prematuro en medio del país, con una madre de 20 años que nunca imaginó dar a luz sobre el asiento de una guagua a las 34 semanas de gestación.

Mientras avanzaba con sirena limpia cortando la noche espirituana, el vehículo solo escuchaba fragmentos a través de la radio: “Muchacha joven… Tercer hijo… Enfermera y doctora presentes en el vehículo… La niña nació en pleno viaje…”

El viaje que no debió ser noticia

Horas antes, en La Habana, Eglisnelvis Hechevarría Céspedes, con dos niños pequeños en el oriente del país, abordó la ruta Habana–Santiago de Cuba con la tranquilidad resignada de quien ya conoce la dureza de los viajes largos. No había señales, ni dolores, ni palpitaciones distintas.

“Salí normal de la casa, sin ningún síntoma —contaría después, todavía incrédula—. Iba a buscar a mi niño mayor”.

La guagua se deslizó por la carretera como cualquier miércoles, hasta que dejó de ser un miércoles. Fue primero un dolor bajo vientre, de esos que las madres reconocen, pero no quieren aceptar. Luego, una oleada más intensa. Después, otra: “Me di cuenta que ya eran contracciones”, cuenta la joven.

Eglisnelvis volteó hacia el mexicano que viajaba a su lado y solo alcanzó a pedirle un favor urgente: “Llámeme al chofer que me siento muy mal”.

Eglis Saray Arce Hechevarría llegó al mundo entre kilómetros y la guagua entera aplaudió. Foto: Maria Sosa Echemendía.

Entonces otros pasajeros dieron la alarma. El ómnibus se detuvo, la tensión subió como una ola y ocurrió el milagro improbable: entre los pasajeros viajaban una enfermera y una doctora. Una coincidencia que valía una vida.

“Me atendieron como si estuviera en un hospital —después repetiría varias veces, porque repetir era su forma de agradecer—. Yo quería ponerle a mi niña el nombre de ellas, pero en el apuro no pude preguntarles cómo se llamaban”.

La guagua no era un salón de parto, pero esa noche se comportó como uno. Las luces tenues, el murmullo contenido de los pasajeros, las dos profesionales de la salud guiando cada minuto, las manos extendidas que ofrecían agua, apoyo, mantas. Y en el corazón de aquel ómnibus que cargaba historias de toda Cuba, nació una más.

Eglis Saray Arce Hechevarría llegó al mundo entre kilómetros y la guagua entera aplaudió.

Llegada al hospital: Los primeros 24 minutos

Cuando la ambulancia 551 encontró el ómnibus detenido en la vía, la escena tenía aún el pulso reciente del parto: una madre exhausta, una niña diminuta envuelta con lo que hubo a mano, rostros asombrados.

El paramédico levantó a la bebé con ese cuidado que aprendió con los años: como si uno cargara el aire.

—34 semanas. Prematura. Bajo peso probable —anotó.

La ambulancia, entonces, se convirtió en vientre protector. La madre y la hija, juntas, se aferraron a sus paredes metálicas como quien se aferra a un segundo nacimiento. Poco tiempo después, el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos abrió sus puertas. Allí los esperaba un equipo alerta.

El DR Manuel López Fuentes, especialista en segundo grado en Neonatología fue el primero en recibir la madre y el bebé. Foto: María Sosa Echemendía.

“Nunca habíamos tenido un caso así”, cuenta el doctor Manuel López Fuentes, especialista de segundo grado en Neonatología y responsable del Comité de Morbilidad del territorio, quien fue el primero en recibirlas: “La bebé pesó 2 200 gramos. Prematura de 34 semanas. Pero llegó estable. Hicimos estudios complementarios y todo normal. La observamos casi 24 horas completas y al siguiente día pasó junto a su mamá”.

Quince años de experiencia y jamás un parto prematuro dentro de una guagua. Jamás algo parecido: “Es una feliz coincidencia que viajaran en el ómnibus esas dos profesionales. Gracias a ellas llegaron en mejores condiciones y, por fortuna, la bebé no presentó complicaciones”, explicó el galeno.

El coraje de una madre de 20 años

Ya en la cama del servicio de Provincial de Neonatología de Sancti Spíritus, Eglisnelvis recordó el momento en que entendió que la niña vendría sin esperar a llegar a Santiago de Cuba: “Sentí temor… Pensé en lo que pudiera pasarle a ella. No a mí, sino a ella”.

Su esposo quedó en La Habana, cuidando al segundo hijo. El mayor la esperaba en el oriente cubano. A la bebé, como había decidido antes de este viaje insólito, la nombró Eglis Saray, nombre inspirado—sin decirlo demasiado alto— en ella misma, porque algo de su propia fuerza había que dejar grabado.

“Le enseñamos la foto al padre que la vio desde La Habana —dice y se le humedecen los ojos—. Él no la ha conocido, pero está desesperado por verla”.

Luego, cuando tuvo oportunidad, miró directo a la cámara. Cada palabra era un puente: “Yo les digo a él y a mi familia que estén tranquilos. Estoy bien. La niña está bien. Los extraño a todos”.

Donde la vida se abre camino

El cubículo de Eglis Saray respira un silencio distinto, pero no es un silencio triste, sino uno de esos silencios que nacen de la protección.

La niña, diminuta, se abre paso con disciplina de guerrera. Lacta, duerme, mueve los dedos como si tocara las paredes de una casa recién estrenada. “Se mantiene en observación. Todo ha sido favorable, pero con los prematuros hay que esperar. Cada día puede traer algo nuevo”, explica el doctor López Fuentes.

Los equipos miden, registran, vigilan. Los médicos tocan apenas lo imprescindible. La madre pasa la mano por el cristal como quien roza un milagro.

En Neonatología, cada día que pasa, la niña respira con un poco más de fuerza, como si su diminuto pecho descubriera nuevas reservas de vida que antes no sabía que tenía y el pronóstico ahora empieza a abrirse paso con una luz más firme, sostenido por la disciplina médica y la respuesta admirable de un pequeño organismo.

La madre, que ha vivido estos días entre sobresaltos y esperanza, sonríe con una convicción distinta, como quien por fin puede creer que la historia avanza hacia un amanecer seguro.

Un país que siguió atento a la historia

El viaje Habana–Santiago de Cuba quedó partido para siempre en dos: antes del parto y después del parto.

Los pasajeros aún escriben comentarios en redes, la enfermera y la doctora presentes ese día en el ómnibus siguen siendo heroínas; mientras el chofer seguramente recuerda el momento en que pensó: “¿Y si no llegamos a tiempo?”.

Pero llegaron. Porque una guagua pudo transformarse en sala de parto, porque una ambulancia pudo convertirse en casa, porque un hospital pudo sostener la vida cuando la vida llega sin manual.

Historias como esta no conquistan a todo un país por su rareza. Conquistan porque revelan algo esencial: la enorme maquinaria invisible de humanidad que mueve a este archipiélago, incluso en tiempos de tantas imitaciones y carencias.

Y hoy, en ese cubículo del Hospital Camilo Cienfuegos, late un corazón de 2 200 gramos que recuerda, sin saberlo, que Cuba entera se puede detener por una recién nacida.

Eglis Saray Arce Hechevarría no pidió nacer en la carretera, pero ese primer viaje la marcó. Nació entre kilómetros, entre manos múltiples, entre un país que todavía sabe unirse cuando la vida asoma.

17 Noviembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

Luis Deivis González Rodríguez, especialista en Cardiología, refirió que el servicio dispone actualmente de 30 capacidades, distribuidas en la terapia intensiva e intermedia, para atender pacientes aquejados del síndrome coronario agudo, angina de pecho, bloqueo cardíaco, entre otras entidades cardiovasculares.

De igual manera, precisó que ofrecen los servicios de Ergometría, Ecocardiograma, Monitorización ambulatoria de la presión arterial, así como la consulta regional de programación de marcapasos y la prequirúrgica para viabilizar los  estudios de aquellos casos que requieran atenderse en los centros rectores de la cirugía cardiovascular.

En la reincorporación de las personas a la sociedad, las salas de rehabilitación, tanto la de la institución como las comunitarias, desempeñan un papel fundamental, añadió.

Acerca de la implantación de marcapasos, anualmente se colocan alrededor de 400, debido a que son dispositivos de alta tecnología, cuyo costo en el mercado mundial es de mil USD.

Además de la compra del marcapasos, apuntó, se requieren equipos, medicamentos, anestésicos, entre otros insumos, también, costosos, para los cuales el Estado cubano realiza un gran esfuerzo.

Aunque en los últimos tiempos, señaló que la espera se ha vuelto más prolongada, a partir del impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, en el sector de la salud pública se aplican alternativas médicas, clínicas y quirúrgicas para garantizar la vida de los pacientes.

Entre ellas mencionó la colocación de marcapasos transitorios y la reutilización de aquellos que hayan sido debidamente reesterilizados, proceso que se encuentra acreditado internamente, aseguró.

16 Noviembre 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

noviembre 17, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Salud, Salud Pública | Etiquetas: , |

Daimelis Mustelier Hernández —licenciada en Derecho— explicó a la Agencia Cubana de Noticias que la idea surgió en octubre de 2022, en medio de la crisis de materias primas que dejó la pandemia COVID-19.

Nos preguntamos qué teníamos en abundancia, y la respuesta estaba en los cocoteros. A partir de ahí comenzamos a producir aceite de coco, sábila y otros preparados naturales que pronto se convirtieron en siete u ocho fórmulas artesanales, interrumpió Leuciel Domínguez Tamayo, esposo de la joven y líder de la iniciativa.

El proyecto, impulsado junto a Domínguez Tamayo, comunicador social, y dos colegas de carreras tan diversas como la gestión sociocultural para el desarrollo e instructor de arte, responde no solo a la falta de cosméticos de calidad en el mercado local, sino también a una tradición cultural.

Las mujeres de antaño usaban productos naturales para el cabello y la piel, nuestra pretensión es rescatar esa práctica que ofrece alternativas seguras, sin químicos ni colorantes artificiales, afirmó Mustelier Hernández.

Para lograrlo, los emprendedores se capacitaron en La Habana, en un curso organizado por la Sociedad de Cosmética, lo que les permitió validar sus conocimientos y obtener licencia como trabajadores por cuenta propia. “Ese aprendizaje nos abrió las puertas a un mundo nuevo y nos dio la seguridad de que podíamos hacerlo bien”, comentó Domínguez Tamayo.

Detalló Daimelis que la materia prima proviene de productores locales, con quienes han tejido un encadenamiento que fortalece la economía del territorio. “El aceite de sésamo nos lo suministra Idelfonso Silva Pérez, quien lo extrae del ajonjolí.

Añadió que trabajan con también con romero, jengibre, cúrcuma y eucalipto, que transformamos en aceites esenciales y oleatos”.

Los resultados han sido palpables y conmovedores. “Una niña que perdió todo su cabello tras un tratamiento contra el cáncer recuperó su abundante melena gracias al aceite de romero.

De igual modo, un niño alérgico logró cicatrizar rápidamente sus úlceras en la piel con aceite de sábila, cuando los medicamentos químicos le provocaban irritaciones”, relató la emprendedora.

Para el colectivo, lo más valioso es el impacto humano. “Lo más bello de nuestro trabajo es ayudar a que las personas recuperen su salud y su estética. Nuestra máxima lo resume todo: el principio de la belleza es la salud”, afirmó sonriente.

Hoy, en el Paseo José Martí —la principal arteria comercial de Nueva Gerona— los transeúntes se detienen frente al punto de venta de Orión, donde, Daimelis, cuya discapacidad en ambas manos limita la gestualidad tan característica del cubano, comparte con amabilidad las propiedades de sus productos naturales y el compromiso que guía el proyecto.

16 Noviembre 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

noviembre 17, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Salud Pública | Etiquetas: , , , , |