Este martes, 15 de noviembre, la noticia más importante pudo haber sido que este día el mundo llegaba a los 8 000 millones de habitantes, con el reconocimiento a las mujeres por traer a la tierra nuevos seres humanos que puedan transformar el horizonte.

Hoy atravesamos por circunstancias adversas, y no pocas veces lamentamos las informaciones de que son similares y hasta superiores las cifras de los que mueren a causa de las guerras, el hambre, la malnutrición, enfermedades curables y otras desgracias encargadas de opacar lo bueno y esperanzador que tiene la vida.

Este propio día, el secretario general de la ONU, António Guterres, en un comunicado, señalaba: «El hito es una ocasión para celebrar la diversidad y los avances al tiempo que se considera la responsabilidad compartida de la humanidad por el planeta».

Y resumía en su mensaje el máximo responsable de la ONU: «Este crecimiento sin precedentes se debe al incremento de la expectativa de vida, gracias a los avances en la Salud Pública, la nutrición, la higiene personal y la medicina. También es resultado de los niveles altos y sostenidos de fertilidad en algunos países».

Lógicamente, no podría compartir algunos de estos elementos, dentro de un contexto que no siempre responde a recetas triunfalistas de instituciones que mucho tienen que aportar para que el mundo cambie –como debe hacerlo también la ONU–, en bien de los más de las dos terceras partes de esa cifra –seres humanos también– que están expuestos a las peores condiciones de vida, a la falta de alimentos y medicinas, a los efectos climáticos y a las guerras, que matan, unas veces de forma silenciosa y otras bajo el impacto de cohetes, bombas o disparos.

Elementos adicionales que forman parte de la propia noticia son que la humanidad tardó solo 12 años en transitar de 7 000 a 8 000 millones de habitantes y que, África y Asia han encabezado tal crecimiento.

La propia ONU en relación con las perspectivas de incremento poblacional, refiere que serán 8 500 millones los habitantes en el año 2030 y llegará a los 9 700 millones en 2050.

Sin lugar a dudas, se trata de una perspectiva donde quizá los números puedan variar, de no crecer, al menos en igual ritmo, la alimentación y la cura de enfermedades en las capas más humildes, y se encuentre y consolide la paz esquiva que todavía hoy es una quimera.

noviembre 16/2022 (Granma)

noviembre 16, 2022 | Maria Elena Reyes González | Filed under: De la prensa cubana, Mundo, Sociedad | Etiquetas: |

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