En una tarde llena de emociones, Lesyanis López Castellano, madre agradecida, recuerda el arduo camino que recorrió junto a su hijo Mateo Pérez López. Este pequeño tuvo que enfrentar, desde muy temprana edad, una operación compleja para corregir una malformación mediante una tecnología especializada en falo.

La experiencia comenzó con una situación de riesgo, que derivó en complicaciones, que obligaron a Mateo a pasar un prolongado tiempo en la terapia intensiva del Hospital William Soler en La Habana.

Durante esos momentos críticos, la incertidumbre y el miedo se vieron contrarrestados por la dedicación incansable de un equipo sanitario humano y comprometido.

Médicos pediatras, cirujanos, cardiólogos, enfermeras y el personal de rehabilitación, se aliaron para cuidar de Mateo  “con un profesionalismo y una calidez que sobrepasan lo técnico”, expresó la madre.

Con visible emoción y gratitud cuenta: “Cada jornada en la unidad de intensiva fue un recordatorio del poder del compromiso y la vocación de los especialistas, y cada avance, por pequeño que parecía, se convirtió en un triunfo para mi familia”.

Y es que gracias a las manos expertas y a una  inquebrantable empatía, Mateo superó los momentos tristes, y hoy, ha recuperado la vitalidad y la alegría propias de su edad; hace todas las actividades de un niño normal, disfrutando de la vida con la esperanza renovada de un futuro feliz.

La transformación de Mateo es, para Lesyanis, más que un éxito de protocolos médico: es un renacer que le permite mirar hacia el mañana, con la certeza de que el amor y el profesionalismo de la medicina cubana pueden hacer milagros.

Con el corazón henchido de agradecimiento, la joven dedica estas palabras a todos aquellos que estuvieron involucrados en la recuperación de su hijo:

“Estoy profundamente agradecida a cada médico, enfermera, especialista y miembro del personal de Salud, por el inestimable apoyo brindado. Ustedes no solo salvaron la vida de mi hijo, sino que me devolvieron la fe en la humanidad y en el poder sanador del cuidado profesional. Mi eterna gratitud es para cada uno de ustedes.”

«Esta es la historia de una familia que, en medio de la adversidad, encontró en la entrega y la pasión del equipo médico del Hospital William Soler, una luz de esperanza y alivio».

La dedicación de estos héroes cotidianos ha dejado una huella imborrable en sus vidas, demostrando que la labor de la salud pública cubana es, en esencia, una obra de amor y compromiso con la vida.

29 Marzo 2025  Fuente: Minsap/ Noticias/ Salud

La presencia de los más de tres mil galenos de la isla en estas tierras forma parte de un acuerdo gubernamental y de cooperación internacional.

Especialistas de la brigada médica de Cuba contribuyen a garantizar hoy la cobertura de servicios esenciales de salud en hospitales y otras instalaciones de México, sin desplazar a los profesionales de esta nación.

La presencia de los más de tres mil galenos de la isla en estas tierras forma parte de un acuerdo gubernamental y de cooperación internacional; se garantizan sus plazas, salarios y seguridad social en Cuba, a la vez que se protegen las condiciones de vida, trabajo y manutención en México.

Una de estas especialistas, la oftalmóloga Magdevis Ruiz, llegó en julio del año pasado y comenzó a trabajar en el central estado de Hidalgo, específicamente en el Hospital General de Tulancingo Bravo, a unos 112 kilómetros de la Ciudad de México.

“Desde hacía aproximadamente siete años no había esta especialidad en el hospital, y los pacientes tenían que viajar hasta la capital del estado para su atención, con citas muy demoradas o, de lo contrario, atenderse en consulta privada, y no todos contaban con los recursos económicos”, relata.

En diálogo con Prensa Latina, la doctora explica que por ese motivo presentaban muchas complicaciones asociadas con la falta de atención, en especial los pacientes diabéticos, ya con estadios avanzados de retinopatia diabética.

Con su presencia en la institución de salud comenzó a tratarse a niños, embarazadas y adultos en general, así como a quienes arribaban a urgencias tanto por padecimientos puramente oftalmológicos como de otra especialidad que lo requiriera.

Por su parte, la pediatra cubana Marité Llerena llegó el 9 de septiembre de 2022 al sureño estado de Campeche, situado a más de mil kilómetros de la Ciudad de México, y allí inició cursos para conocer sobre los protocolos y otras particularidades.

Después nos ubicaron en diferentes municipios de la entidad federativa, “los más carentes en cuanto a atención especializada”, comenta la galena, quien trabaja desde entonces en el Hospital Comunitario de Hopelchén Pedro Lara y Lara.

“Siempre ha sido la opinión del cuerpo de gobierno del hospital que la atención médica especializada se ha recuperado casi al 100 por ciento desde que comenzamos a laborar y están muy agradecidos por eso”, añade Llerena, al destacar la salvación de un gran número de vidas.

La doctora refiere también la integración con el personal mexicano y el logro gracias a ello de un trabajo en equipo y resultados muy satisfactorios, lo cual perciben igualmente pacientes y familiares, quienes expresan su agradecimiento por la calidad y la calidez de la atención prestada.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha resaltado en varias ocasiones la labor de los médicos cubanos en esta nación.

“Ahora que he estado recorriendo el país, que voy a algunos centros de salud, me ha tocado ver la participación, cómo están trabajando y el agradecimiento de la gente de su participación para poder cubrir alguna especialidad”, dijo la mandataria en una reciente conferencia de prensa.

31 marzo, 2025 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud